LA COMUNIDAD INDÍGENA DE PICHÁTARO DICE NO A LOS PARTIDOS POLÍTICOS; NO PERMITIRÁN CAMPAÑAS

POR ANDRÉS RESILLAS//PARTE TRES Y ÚLTIMA

Si en algo está de acuerdo la mayoría de los habitantes de Pichátaro es que no quieren más a los partidos políticos; además de división, aseguran que se generan intereses particulares y ajenos al beneficio comunal. En entrevista con un miembro del Concejo Mayor, nos explica esta determinación.

«La carencia de un presupuesto propio y de exigirle al Ayuntamiento de Tingambato más atención y beneficios sociales, se generó la conciencia de que en el fondo no sólo era un problema económico, sino también político.

Por eso se inició una organización y se estructuraron las asambleas en los siete barrios con que cuenta Pichátaro.

Quieren seguir el camino de Cherán, pero no pueden por su condición de tenencia. También tienen una oposición interna, que está pugnando por no desterrar a los partidos políticos.

Habla uno de los concejeros comunales de nombre Armando Cortés Vargas: “Es cierto, no toda la comunidad estaba de acuerdo en que se desterraran los partidos políticos. El Instituto Electoral de Michoacán hizo una encuesta y hubo desacuerdos.

“Nosotros nos dimos a la tarea de convencer a los comuneros que querían a los partidos políticos y les explicamos el daño que nos habían hecho; también les informamos de las ventajas sobre exigir el presupuesto que nos corresponde por ley.

“Gracias a ello hubo mucha receptividad y ahora ya todos están convencidos de que si tenemos un autogobierno será más provechoso para la comunidad”.

El Concejero Comunal relata que el acto de prender una fogata en los barrios, como sucede en Cherán, en torno a la cual se reúnen las familias y discuten los problemas, también está funcionando en este poblado.

“Es un punto de unificación para la comunidad, para los barrios”.

Dice que la discriminación económica por parte del Ayuntamiento de Tingambato, en la repartición del presupuesto que le corresponde a esta comunidad, la llevó a plantearse que eso también era una discriminación política.

Fue por ello que acudieron con el Tribunal Electoral del Estado, donde les resolvieron que no eran competentes para abordar el asunto, pues era de carácter político.

“Pero nosotros no lo veíamos así. Pues la marginación no sólo era económica, sino también política; incluso cuando daban los apoyos preferían a los habitantes que comulgaban con el mismo partido, mientras el resto era rechazado”.

“Partimos de que todos los ciudadanos tenemos los mismos derechos”.

También acudimos con el Tribunal Electoral Federal con los mismos argumentos y sus magistrados abordaron el asunto y resolvieron darnos la razón.

Dice que todas las decisiones importantes de la comunidad son tomadas por las asambleas de los siete barrios.

“Desde los barrios se decide todo; incluyendo los empleados y policías, así como los integrantes del Concejo Mayor.

“Dependemos del Ayuntamiento de Tingambato sólo en la cuestión económica, tiene ya la obligación de darnos el 37 por ciento de la parte presupuestal de todo el municipio.

«Pero ya no decide ni las obras, ni los programas internos de la Tenencia.»

DESACUERDOS INTERNOS

En este camino del autogobierno, hemos cometido errores, principalmente en la decisión de qué obras realizar, pero se han solucionado desde las asambleas de barrios.

Reconocemos que nos podemos equivocar, pues para nosotros esto es nuevo: de lo que sí estamos seguros es que el sistema de partidos políticos no nos conviene. Se crean muchos intereses ajenos a la comunidad. Los indígenas de Pichátaro estamos acostumbrados ayudarnos unos a otros.

 

 

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