OPINIÓN: REFORMA EDUCATIVA, SIN NOVEDAD EN EL FRENTE. Por Juan Pérez Medina

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Aurelio «Sargento» Nuño presentó el modelo educativo que se había venido exigiendo como faltante de una mal llamada reforma educativa. El modelo presentado no es más que lo ya existente y forma parte en un noventa por ciento de los argumentos que contiene el Plan 2011 que dejó Calderón.

La novedad son las escuelas al centro, que reitera la idea de brindarle autonomía a las escuelas y convertirlas en un ente que resuelva su funcionamiento por sí solas. El esquema configura a las instituciones educativas como una empresa en dónde la matriz diseña los lineamientos a observar y los resultados a alcanzar. Cual si fuera un restaurante de Vips, que forma parte de una cadena nacional de restaurantes, en donde el gerente tiene la obligación de superar los estándares que la empresa pone para todos en esa carrera de competencia.

Sujetos a estos estándares, las escuelas deben gestionar las condiciones que les permitan lograr un funcionamiento adecuado para alcanzar los estándares que a propuesto la matriz, en este caso la SEP. La consecuencia inmediata de no alcanzar dichos estándares es la misma que ocurre en los restaurantes: o el director promueve un cambio, incluso llegando a solicitar la salida de algunos miembros del personal o es él el que se va.

Por otra parte, si ocurre que el logro es significativo para la matriz, el director y los maestros mantienen su estatus.
La escuela al centro promete la llegada de recursos suficientes para lograr el buen funcionamiento escolar, se asume, por ejemplo, que el programa de Escuelas al Cien, que pretende atender a 35 mil escuelas en materia de infraestructura, podrá lograr revertir las condiciones de rezago con que contamos. Sería importante saber sí los recursos con que hoy cuenta el programa serán parte de la presupuestación irrevocable de cada año, de lo contrario lo que hoy se ofrece será luz de un día.

Sin embargo, no es el único problema conque cuentan las escuelas, pues su mantenimiento y cuidado de su equipamiento es también un rubro que de manea cotidiana mantiene en predicamentos a padres y maestros. Una verdadera reforma debería considerar un nuevo diseño de los espacios educativos que permitan que la enseñanza de las artes y la educación científica, junto con la enseñanza de las ciencias sean parte del aprendizaje cotidiano, haciendo que existan espacios adecuados.

Por otra parte, se observa en su propuesta curricular que se mantiene un enfoque que hasta hoy no alcanza a convencer. El aprendizaje por competencias, cuya orientación es altamente tenocrática, sustentada en lo que llamamos «estandares de calidad» o el aprendizaje medido.

Desde su particular punto de vista, las evaluaciones son un elemento primordial del enfoque, sobre todo aquellas de caracter externo. Para el sistema es fundamental que pueda medir tanto los resultados del aprendizaje, como los conocimientos de los docentes en torno a su función.

Se trata de responder a la pregunta de Qué tan competentes son los alumnos respecto de los aprendizajes esperados y qué tanto lo son los docentes con respecto de su labor educativa en relación con los estándares establecidos? Aquí la autonomía se debilita a tal grado que no queda casi nada de ella, pues los reultados que cuentan para la toma de decisiones son los que se obtendrán en sus mediciones. Adiós autonomía escolar.

Mirando el documento de más de ciento cuatro páginas, no encontramos elementos novedosos como para afirmar que estamos ante un nuevo modelo educativo. Más bien parece un refrito que con algunos aditamentos se pretende presentar como una innovacion, resultando pues, como más de lo mismo.

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