LIBRE EXPRESIÓN << VOTO RESPONSABLE Y TRANSPARENTE >>. Por Carlos Alberto Monge Montaño.

“Un ámbito inviolable es la honestidad. En la gestión pública significa transparencia y rigor en la austeridad y la conducta. El tema del honor no admite dudas. No hay sitio para ambigüedades”… Fernando de la Rúa (19375 – 2019). Ex presidente de Argentina.

Tras el vergonzoso circo que montaron los integrantes de la Septuagésima Cuarta Legislatura de Michoacán el pasado domingo, en la disputa para designar al nuevo titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, urge una reforma que obligue a que el voto de los diputados sea transparente.

En una sesión que resultó histórica porque asistieron los cuarenta “representantes populares”, resulta que hicieron trampa en su intento por lograr la mayoría para que triunfara Elvia Higuera Pérez, impulsada preponderantemente por Morena. Así que no tuvieron empacho en “embarazar” la urna transparente, por lo que al final, se contabilizaron 44 sufragios.

Evidentemente fallaron los amarres, hubo algunos inconformes por el reparto del pastel, luego de que el gobernador Silvano Aureoles Conejo y sus perredistas lograron imponer a un “carnal”, Miguel Ángel Aguirre Abellaneda, como Auditor Superior de Michoacán, quien apenas el pasado viernes renunció como delegado administrativo de la Secretaría de Finanzas del estado.

El fracaso de sus amarres resulta intrascendente, lo realmente vergonzoso radica en las prácticas que llevan a cabo con tal de salirse con la suya. Al igual que pasó con el Senado y la elección de la titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en caso de implementar argucias legaloides para que resulte triunfadora Higuera Pérez, también la comisión estatal carecerá de legitimidad.

Algo similar pasó cuando los actuales legisladores votaron para elegir al actual Fiscal General de Michoacán, Adrián López Solís, así que está claro que son prácticas habituales, relacionadas directamente a la corrupción que tanto pregonan pretenden erradicar.

Lamentablemente el pragmatismo, la opacidad, el reparto del pastel y las negociaciones, incluidas las que son por debajo de la mesa, se mantienen como una constante en el ejercicio legislativo federal y local, así que un primer paso para obligar a que haya por lo menos un poco más de transparencia y responsabilidad en los “representantes populares”, es que se lleven a cabo las reformas pertinentes para que su voto en sesiones parlamentarias, deje de ser secreto. Tan simple como eso.

En adelante, que cada diputado con su propia voz manifieste su decisión de manera libre y pública; ello obligará a que sean más responsables y paguen consecuencias o acumulen reconocimiento. Sin descartar que haya ocasiones en que el voto, por temas vinculados a la seguridad, se ejerza con secrecía, pero tendrá que ser una excepción y no la regla.

En fin, los vergonzantes circos nacional y estatal a los que me he referido, deberían motivar un mínimo de vergüenza en los legisladores que han sido partícipes para que intenten modificar las leyes pertinentes y el voto en las sesiones legislativas sea transparente y con ello poner un obstáculo más a las facilidades que hoy tienen de ser corruptos y pragmáticos.

Veremos si los que se han cansado de escupir para arriba y que usted sabe muy bien a quienes me refiero, ponen el ejemplo y presentan a nivel federal y local las iniciativas de reformas para obligarse a actuar con más responsabilidad y transparencia total, de tal manera que los ciudadanos conozcan cómo se las gasta cada uno de sus presuntos representantes populares.

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