COLUMNA BÚSQUEDA. Por Andrés Resillas /AQUILA, EN LA ESQUINA DEL INFIERNO

02 balazos

Cuando el presidente Enrique Peña Nieto declaró que en Michoacán se había dado el fenómeno de la “debilidad institucional”, lo que quiso decir es que el gobierno en sus tres niveles había desaparecido y que el crimen organizado lo había suplantado.

Pero resulta que ese “debilitamiento institucional” del que habló el mandatario siguió en la costa michoacana, en los municipios de Aquila, Coahuayana y Chinicuila. La Federación no hizo nada para revertir la situación. Tuvieron que ser los propios ciudadanos los que desmantelaran en esa zona la estructura templaria.

Demagogia y más demagogia. Eso fue lo que hicieron las autoridades federales, empezando por el Jefe del Ejecutivo Federal quien nos prometió que llegarían 45 mil millones de pesos a Michoacán y sólo llegaron dos mil.

Ahora quieren que el Ejército Mexicano frene el poder de las autodefensas en esa zona y asesinan a inocentes.

La beligerancia de Semeí Verdía, dirigente las autodefensas de Aquila o de la comunidad de Ostula, los obligó a detenerlo bajo cualquier pretexto.

En una contradicción del tamaño del mundo, capturan a este líder bajo el delito de portación de armas prohibidas, cuando en mayo pasado se las proporcionaron y también dos camionetas blindadas.

¡Fue el mismo procurador de Justicia, en ese entonces, Javier Ocampo, quien entregó esos recursos!

Es inexplicable como los sistemas de inteligencia de los gobiernos estatal y federal no precisaron la situación por la que se encuentra esa zona. No hay gobierno, no hay instituciones. El poder está con las autodefensas pero es totalmente erróneo comenzar a modificar las cosas capturando a sus líderes y enfrentando a balazos a los ciudadanos.

Basta ver el video del pasado mes de mayo cuando en los funerales de uno de los escoltas de Semeí Verdía, en plena plaza de Aquila, cientos de ciudadanos lanzaron una metralla en honor de su compañero caído. Es la imagen del abandono institucional y de que son los ciudadanos, con las armas en la mano, los que gobiernan.

Es cierto que también ya se estaba perdiendo la interlocución con Semeí Verdía, pues ya estaba descalificando todo lo que venía del gobierno, pero la estrategia aplicada hasta el momento sólo está arrojando muertos.

Las fotos y los audios culpan fehacientemente al Ejército Mexicano de la muerte de un niño y de otros tres heridos. El infierno ahora se llama Aquila y apenas comienza.

 

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