COLUMNA BÚSQUEDA: EL CRIMEN SALUDA AL GOBERNADOR SILVANO AUREOLES; SIGUEN ENFRENTAMIENTOS. Por Andrés Resillas

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Lejos de aminorar la actividad criminalística tras el desmantelamiento de los Caballeros Templarios, en las últimas semanas se han incrementado los enfrentamientos, asesinatos y agresiones en lo que comprende toda la Tierra Caliente, el Bajío y la Ciénega de Chapala.

Al gobernador Silvano Aureoles Conejo el crimen ya le dio su bienvenida.

Actualmente hay una enorme tensión en las siguientes comunidades: Antúnez, Parácuaro, Tancítaro, La Piedad, la zona rural de Apatzingán, Arteaga y Lázaro Cárdenas. Tampoco afirmamos que no se debe visitar tales lugares, pero sí lanzamos la alarma de lo que está sucediendo.

Hace quince días se registró un enfrentamiento en la tenencia de Antúnez, municipio de Parácuaro. Fue por la noche. No se sabe cuántos muertos hubo, pero dicen que aquello se convirtió en el mismito infierno. Ya días antes habían ejecutado a varias personas relacionadas con el crimen y con las autodefensas.

Los criminales amenazaron a los habitantes de Antúnez de no difundir la serie de enfrentamientos, pues su vida correría peligro.

Ayer la comunidad de Tancítaro, tras varios años de sufrimiento y violencia estalló en cólera y destrozó varias patrullas de la policía; el hartazgo era insoportable; la semana pasada mataron al líder de las autodefensas en una huerta de su propiedad.

En toda esta violencia criminal hay una constante: los blancos son los dirigentes de las autodefensas que han alcanzado un alto grado de organización en sus municipios, los cuales están blindados, pero con el acecho constante de los delincuentes.

Y el gobierno federal le ha ayudado a estos criminales encarcelando y marginando a personajes como José Manuel Mireles, Hipólito Mora y Cemeí Verdía Zepeda. El pecado de estos dirigentes es haber lanzado un manifiesto a toda la República Mexicana para que se liberara de la delincuencia.

Ahora lo grave es que Michoacán no tiene una banda monolítica, sino cientos de bandas que dominan cada una de las micro regiones de la entidad. Las cocinas o laboratorios de metanfetaminas han tenido un auge inusitado. La sierra michoacana se ha convertido en una enorme red de laboratorios clandestinos de drogas.

Es por ello que los pueblos y municipios que tienen como salida la sierra michoacana, están siendo vulneradas para permitir la producción de las drogas sintéticas.

Otra zona terrible es el Bajío y también la Ciénega de Chapala, donde el cartel Jalisco Nueva Generación ya penetró en parte del territorio michoacano y está eliminando a todas las bandas regionales. La matanza continúa, ahora por obra de los vecinos.

Tal parece que la violencia en Michoacán no tiene fin.

El gobernador Silvano Aureoles afirmó que pronto llegarán por lo menos cinco mil efectivos para garantizar la seguridad. Ojalá y lo hagan, aunque como nos ha enseñado la experiencia, no será nada fácil. Que Dios nos proteja.

 

 

 

 

 

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