OPINIÓN. USOS POLÍTICOS DEL COVID-19. Por J. Luis Seefoó Luján

La expansión del Coronavirus ha resultado una excelente oportunidad para muchos políticos profesionales. Convertidos en gobierno, unos;  otros, construyéndose como oposición acomodable, han sabido aprovechar esta desgracia para redefinir su posición política, acrecentarla o, simplemente, estar en mejores condiciones para el siguiente dispendio electoral.

Una condición singular es la aceptación -auto imposición- de disciplina alimentada por el miedo, aunque no sea sólo eso sino algo de conciencia cívica.

Muchos escritores, pero con más claridad y éxito editorial Noami Klein (La  doctrina  del  shock.  El  auge  del  capitalismo  del  Desastre, 2008, Paidós) han explicado cómo mediante el shock se “ablanda” la voluntad de la gente. De su voluminoso texto -y  la página que se abra-, leeremos párrafos de estrujante y certera actualidad: los «interrogatorios  coercitivos», son un conjunto de técnicas diseñadas  para  colocar  al  prisionero  en  un  estado  de profunda desorientación y shock, con el  fin de obligarle a hacer concesiones contra su voluntad (Klein, 2008: 22).

Las políticas derivadas del Covid19 no son torturas que el gobierno nos administre, lo que resalto es cómo cede el individuo, cómo acepta restricciones a algunos derechos (tránsito, reunión, trabajo bien remunerado) ante el miedo que nos genera un posible contagio.

Por favor, estimado lector, de este choro sólo lea estas líneas: Así  funciona la doctrina del  shock: el  desastre original  —llámese  golpe,  ataque  terrorista,  colapso  del  mercado, guerra, tsunami o huracán— lleva a la población de un país a un estado de shock colectivo. (…) Como el  aterrorizado preso que confiesa los nombres de sus camaradas y reniega de su fe, las sociedades en estado de shock a menudo renuncian a valores que de otro modo defenderían con entereza (Kleim, 23-24)

Bajo esa perspectiva, en esta entrega  me refiero a cuatro modalidades -no las únicas- de aprovechamiento no sanitario del Covid19: a) Control social mediante el miedo; b) Distracción de la opinión pública; y, c) Golpeteo de todos contra todos; y, d) Campaña electoral adelantada en cuarentena.

Control social mediante el miedo

Es la modalidad casi infalible para lograr un mejor control sobre la población. Nada más efectivo que interiorizar el temor, preferentemente el terror, para que las mismas personas soliciten el ejercicio de la violencia legal. El ejemplo más inmediato lo sentimos, lo vemos cuando aceptamos que las calles sean militarizadas para acabar con la violencia ejercida por el crimen organizado. Sin ser el mismo caso, el miedo al contagio por Covid19 nos conduce a acatar las medidas que impulsa la autoridad: no usar parques y jardines, no realizar manifestaciones políticas (¡genial!), transitar por ciertos espacios, no exigir nada -o no demasiado- al gobierno porque estamos en “cuarentena”.

En el mismo tenor, los despidos disfrazados, la sobre carga de trabajo en menos personal, la suspensión temporal o el trabajo intermitente con pagos sólo por los días laborados, son políticas contra los trabajadores que aceptamos al imaginar -con motivos- que la exposición a esa enfermedad incurable es peor que quedar des o subempleado.

Distracción de la opinión pública

La violencia vinculada al crimen organizado y la autoridad descoordinada parece olvidarse. Ayer , viernes 29 de mayo, hacia las 16:50 horas, por avenida Santiago y Santander en Valencia primera sección, de seis impactos de bala en la cabeza asesinaron a Carlos Gabriel (a) “El Chucky”, un jovencito de 12 o 14 años. Fue el asesinado número 35 del mes de mayo registrado en la conurbación Zamora-Jacona.

Poco antes, a las 13:45 horas había fallecido Jorge Luis M. (a) “El Pantera”, de 46 años, lesionado de cuatro balazos en el abdomen y brazo izquierdo. El hecho ocurrió en Las Fuentes. Esa misma noche de viernes, “La Cunga”, conocido formalmente como Jesús C. Q. de 23 años perdió la vida debido a heridas graves por arma de fuego: dos en la cabeza, una en el húmero izquierdo,  otro en el hombro derecho y otros más en las rótulas para completar seis.

Gracias al coronavirus se habla poco de los homicidios  dolosos que en Zamora-Jacona, hasta ayer viernes 29 sumaban 64 a punto de cerrar el mes, repartidos así: 36 decesos y 28 heridos. No obstante la voluminosa cifra, son menos casos que en abril, mes que sumó 60-61 homicidios.

El Covid19 ha resultado más que oportuno como “cortina de humo”, no porque no exista, no pretendo minimizar su importancia, no. Un enemigo real o inventado se constituye en un excelente distractor, más cuando de su emergencia los políticos no se asumen responsables sino que adoptan la figura de promotores de su solución que puede crecer, gracias a los medios.

Golpeteo de todos contra todos

La propaganda política de Portugal festejó el 20 de abril un hecho que resulta inusitado para los zamoranos: Rui Río, dirigente del Partido Social Demócrata (PSD), entregó una carta al Presidente António Costa (Partido Socialista) donde expresaba su apoyo al gobierno y precisaba no es una posición ética ni patriótica atacar en la fragilidad que cursa el gobierno y país por la pandemia.

En aquellas fechas, Portugal presentaba cifras bajas —10,28 millones de habitantes con 735 muertes- mientras que España, su vecino cargaba 20, 800  de una población más de cuatro veces mayor,  46,9 millones de habitantes.

Anoto el caso inusual de Portugal para recordar que en México (y en Michoacán), ningún partido, más bien, ningún pre o pos candidato desaprovecha la ocasión para desarrollar el síndrome de Caín.

En el extremo están los políticos, periodistas y empresarios que aprovechan cada momento para ubicarse frente a López Obrador. Hay de todo: desde aquellos niegan la existencia del Covid19 o si aceptan que está presente, pero dado que no hay medicina ni vacuna, entonces no hay que mantener cuarentenas, la opción es que enferme y muera quien inevitablemente deba morir. Otros más llaman a un golpe de Estado porque consideran que AMLO es un dictador y no es capaz de gobernar adecuadamente.

Lo común, a nivel local, es que si AMLO invita a “comer en fondas chiquitas que parecen restaurantes”, Silvano decreta usar cubre bocas o un pañuelo; luego, si AMLO invita a cuidar la sana distancia y cerrar los negocios no esenciales, Silvano se encabrita porque Obrador ocasionará una crisis económica. Más tarde, cuando Andrés Manuel habla de la “nueva normalidad”, Conejo se apresura y prescribe “no abrir los negocios para no exponer a la población a contagios”.

Campaña electoral adelantada en cuarentena

Todas y todos, han lanzado su “marca propia” de gel, sus cubre boca,  despensas, jabón, agua embotellada. Otros distribuyen comida, recetas de cocina, calendarios, agujas de coser “ojo amarillo”. Sí, sea Juanitas, Teres, Yolandas  o Arturos, se trate de Tangancícuaro, Zamora o Jacona, no hay diputado o senador que no haya lanzado iniciativas como si fuesen gestores de la Secretaría de Salud o promotores de nuevas marcas de refrescos o golosinas

Vuelta a la “nueva normalidad”?

Es raro. De plano es una suerte de “mundo al revés” (un mundo bizarro). Ahora que la autoridad sanitaria  informa de un mayor número de contagios en la región, ¿abrir lo que se mantuvo semi cerrado? Ahora que Zamora contabiliza 20 casos; Jacona,13; Chilchota, 7; y, Tangancícuaro 1, ¿volvemos a la “nueva normalidad”.

Si la tendencia fuese a la baja o si el incremento bajara de ritmo, sería menos difícil aceptar que antes, cuando Jacona y Zamora tenían dos, la situación era más grave.

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