Zamora y su fresa: La calidad de la planta madre: un problema político, no agronómico (3)

J. Luis Seefoó Luján

Una disculpa, en tres partes de un escrito quería mostrar  dimensiones socio técnicas y normativas importantes de las pérdidas millonarias que han experimentado los productores agrícolas de fresa en esta región zamorana, pero serán cuatro y vamos en la tercera.

1. Puntos de referencia de la discusión normativa

La función sustancial del Estado es preservar la seguridad de las personas y de sus bienes. Es una obligación signada en el pacto constitucional. De este concepto derivan los preceptos sustanciales de la Ley Federal de Sanidad Vegetal: es una norma de observancia general que tiene por objeto regular y promover la sanidad vegetal y la aplicación, verificación y certificación de los sistemas de reducción de riesgos de contaminación física, química y microbiológica en la producción primaria de vegetales (DOF, 26-12-2017, artículo 1°). Más adelante asienta la finalidad de diagnosticar y prevenir la diseminación e introducción de plagas de los vegetales (artículo 2°).

En el mismo sentido, las Reglas de Operación del Programa de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural 2020 señalan que el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) es la instancia de seguridad nacional que ejecuta proyectos prioritarios de vigilancia epidemiológica e inspección en la importación y movilización de nacional e internacional de productos agropecuarios , campañas fitozoosanitarias  en materia agrícola, acuícola y pesquera así como acciones de sistemas de reducción  de riesgos de contaminación (DOF, 16-01-2020 )

También el aviso de cancelación refería desde el año 2012: “… es facultad de la Secretaría de Agricultura, Ganadería … prevenir la introducción al  país de plagas que afecten a los vegetales” (…) que se dictarán medidas para controlar la movilización e importación de vegetales, sus productos y sub productos… “ DOF, 21-09-2012, p. 1).

No obstante la promesa, “el deber ser” (deberá), resulta una legislación con vacíos, con excepciones en manos de funcionarios sin autoridad. En aras del “libre comercio” se han abierto las fronteras de allá para acá, no de México a California o Texas.

En ningún tratado razonable y justo, la flexibilización mercantil (importaciones y exportaciones)  nos obliga a abrir las fronteras en sentido laxo. Los mismos productores norteamericanos han ejercido presiones (cabildeos, campañas de prensa) para pactar volúmenes, tiempos, con  sus pares jitomateros de Sinaloa aduciendo desventajas para los agricultores de Florida; otros han presionado para limitar el ingreso de papa en prevención del nematodo dorado (Globodera rostochiensis). La experiencia en  aguacate por el barrenador de la rama  (Copturus aguacatae),  barrenador del hueso pequeño  (Conotrachelus perseae y C. aguacatae), barrenador grande del hueso (Heilipus lauri), así como la palomilla barrenadora del hueso (Stenoma catenifer), son ejemplos de cómo los estadounidenses son celosos custodios de sus fronteras, mientras que el gobierno mexicano parece servir a los  intereses de ellos, no de México.

En el caso de la fresa, aún sin que hubiese presencia probada de plagas y/o enfermedades en planta madre importada de Estados Unidos, es evidente que la cancelación de la norma oficial mexicana NOM-007-FITO-1995 contiene condiciones que imposibilitan supervisar en forma suficiente la importación de  material.

2. Además de la normatividad, ¿Qué cambió?

Ahora, lo realmente es distinto, son cinco condiciones propiciadas por políticas neoliberales en un ambiente de debilitamiento de las organizaciones de productores:

Primera, un intenso proceso de privatización de las patentes que generan las Universidades de California (Davis) y Floridaque se acompaña de laconcentración y control del material genético y de propagación vegetativo por grandes empresas privadas (Driscoll, Planasa).

Segunda, desmantelamiento administrativo y técnico de las instancias estatales (Secretaría de Agricultura) carentes de equipo humano y material para influir decisivamente en la orientación de la agricultura o al menos elaborar información;

Tercera, imposibilidad de que la Unión Agrícola Regional de Productores de Fresas y Hortalizas del Valle de Zamora (UARPFHVZ, La Unión) u otra agrupación supervise directamente los viveros de planta madre en los campos de Estados Unidos;

Cuarta, la dispersión de viveros en toda la región (en Michoacán y en el país) que eliminó la vieja restricción sanitaria que mantenía una amplia frontera entre las zonas productoras de plantas hijas y las parcelas productoras de fruta; y,

Quinta, las parcelas de “segundo año” que al dinamizar el metabolismo de los organismos plaga (acortar su ciclo y aumentar el número de generaciones), propicia el desarrollo de plagas más resistentes y enfermedades emergentes.

3. La Unión Agrícola, a contra corriente

No es la primera vez que la dirección de la UARPFHVZ,  representada por  Octaviano Magaña Ortiz, José Sámano Zamora y Juan Garibay Villalobos, entabla gestiones formales para establecer programas fitosanitarios y para regular la importación, movilización y reproducción de material propagativo (planta madre). Entre otros documentos, el 28 de febrero del 2014, en carta dirigida al Dr. Francisco Javier Trujillo Arriaga, Director General de Sanidad Vegetal (SENASICA), solicitaba:

a). Asignación de recursos económicos para realizar estudios y diagnósticos, capacitación y asistencia técnica especializada en fitosanidad, así como dotar incentivos a los productores para la adquisición de equipos de aplicación y plaguicidas. En esta petición incluían a la Dirección General de Sanidad  y a los gobiernos estatales de Guanajuato, Estado de México y Michoacán.

b). Creación de una junta auxiliar de sanidad vegetal de la fresa que coordine las acciones fitosanitarias y administre los recursos asignados; y,

c). Regulación de los viveros comerciales para la producción, venta y movilización de material vegetativo de la fresa y certificación oficial de viveros y lotes de planta que se movilice en el territorio nacional (oficio/Conafre 002/2014).

4. Parece imposible mover a las burocracias

El 12 de noviembre de 2019, con la presión por la devastación fresera para decenas de pequeños y medianos productores, el Ing. Francisco Ramírez y Ramírez, actual Director General de Sanidad Vegetal, visitó campos de cultivo de Tangancícuaro y otras localidades y escuchó de viva voz la queja de productores. También se reunió con freseros en las instalaciones de la empacadora de la UARPFHVZ, donde se trató el problema de la planta madre que para los productores reunidos es el origen de las nuevas plagas y enfermedades.

En esa ocasión, dirigentes de la Unión y productores le señalaron la urgencia de contar con la  protección de sanidad vegetal mediante medidas de inspección y regulación  con énfasis en el material vegetativo que cada año se importa desde los Estados Unidos de Norteamérica (Sistema Producto Fresa, carta, 16-02-2020).

Un mes después, 10 de diciembre del 2019, en la asamblea con participación del el Dr. Clemente de Jesús García Ávila (SENASICA), se acordó una próxima visita para explicar el procedimiento de control de los módulos de requisitos fitosanitarios con el objetivo de aclarar la función que cumplen los  módulos en regulación de las importaciones que hemos mencionado como lo hacía la norma cancelada. Tanto el Ing. Ramírez Ramírez como el Dr. García Avila han sostenido que la cancelación de la NOM-007-FITO-1995 no modificó sustancialmente la importación de planta madre (carta del Sistema Producto Fresa a Sanidad Vegetal, 18-02-2020).

De entonces a la fecha, han transcurrido dos meses (tres desde la visita de Ramírez a campo) sin una respuesta formal de los directivos de sanidad vegetal a nivel federal. Es posible que la desatención al problema sea un reflejo de dos condiciones que son “caras de la misma moneda”: el debilitamiento de la organización de freseros, por un lado, y la concentración del cultivo (y la importación de planta madre -o generación de la propia) en pocas y poderosas empresas privadas con alta inversión internacional.

Esto es crucial: no existe ahora una fuerza social capaz de influir en decisiones que ahora afectan a los pequeños y medianos productores y no se mira, a corto plazo, un cambio pese a la anunciada Cuarta Transformación.

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