El alcalde Raúl Morón piensa que sus enemigos son todos, menos los miembros de su gabinete.
Es por ello que les está tolerando absolutamente todo a sus funcionarios.
Recordemos que a Humberto Arroniz le ha permitido colocar a su hijo y demás familiares en el aparato burocrático del Ayuntamiento y del OOAPAS.
A los jugadores de su equipo de fútbol Jalisco también les está procurando empleo en la institución que encabeza.

Y ahora, sale a la palestra el negocio que Antonio Aguilera, director de Comunicación Social del Ayuntamiento realiza con su portal informativo Metapolítica y otra empresa gráfica donde su esposa y cuñado están involucrados.
El alcalde decidió protegerlo. Pensando que se trata de una ofensiva más de sus adversarios políticos.
Antonio Aguilera ya está siendo investigado por otra campaña sucia.
Pero Raúl Morón está cometiendo un error. No se trata de si quiere o no investigarlo por los contratos a sus familiares. Es un claro conflicto de interés donde están entregando dinero público a sus familiares y eso se llama corrupción.
El alcalde no debe impedir que la Contraloría Municipal realice su trabajo ni tampoco exonerar a su vocero de responsabilidad a priori.
Es cierto la Contraloría Municipal no es autónoma y está a merced de las decisiones del alcalde. Pero la Auditoría Superior del estado tiene la obligación de intervenir. Los documentos exhibidos por El Sol de Morelia son contundentes. No hay duda.
El Registro Público de Comercio informó que Antonio Aguilera es socio de la empresa portal informativo Metapolítica, junto con su cuñado. Lo mismo sucede con la empresa Zona Libre. A esas empresas se les está entregando más de 300 mil pesos mensuales, según la investigación periodística que hace unos días fue publicada.

Desgraciadamente Raúl Morón fue convencido por Antonio Aguilera de que todo se trata de ataques no contra él, sino contra el Ayuntamiento en su conjunto y en especial contra el alcalde morenista.

Raúl Morón ya perdió la brújula. No sabe qué hacer. Está como rehén de lo que le dicen sus colaboradores y no entiende que lo están perjudicando. Sobre todo en su calidad moral al permitir actos de nepotismo y corrupción.

Dice que la contratación de medios de comunicación en su gobierno obedece a una política donde se analiza el impacto de cada empresa, lo cual es falso. Antonio Aguilera aplica la discrecionalidad, el favoritismo, el amiguismo y les da contratos a quienes considera son sus aliados.

Varios medios ya le están haciendo el trabajo sucio, denostando al Gobierno del Estado, a Silvano Aureoles y a los demás enemigos de Raúl Morón y su gobierno.

Pero al permitir los actos de corrupción y nepotismo, el alcalde moreliano se convierte en cómplice. No puede evadir su responsabilidad.

Este fenómeno seguirá apareciendo en el Ayuntamiento de Morelia y Raúl Morón lo seguirá permitiendo. Está cavando su propia tumba. El gobierno municipal morenista acabará como uno de los más corruptos de la historia contemporánea. Al tiempo.

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