OPINIÓN. LOS GOBIERNOS HUACHICOLEROS DEL PRIAN. Por el Profr. Juan Pérez Medina

El robo a la Nación de miles de millones de pesos perpetrado por décadas en contra de PEMEX reclama la acción de la justicia para castigar de manera ejemplar a los responsables. No son los pequeños ladrones de hasta 100 ó 200 litros de gasolina, que son los últimos de una cadena que parece cubrir, no sólo el territorio nacional si no, incluso, más allá de nuestras fronteras.

Tanto Fox, Calderón y Peña Nieto sabían del robo y callaron; peor aún, nada hicieron. Se presume que, en toda esta red de ladrones, ellos participaron de alguna forma, y fueron beneficiarios. Una red de complicidad como la que se está dejando ver, sólo podría ser posible de llevar a cabo al amparo de las más altas autoridades; es decir, desde los directores de área hasta el propio director de PEMEX, el secretario de energía, e incluso, el propio presidente.

Todos deben ser llevados a juicio por daños a la nación en el ejercicio de su función y por los delitos que se deriven. Junto con ellos, debe ser investigado y enjuiciados los dirigentes sindicales del sindicato petrolero, quienes, de manera evidente, han sido actores principales en los acontecimientos en PEMEX.

De acuerdo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, se robaban al año más de 60 mil millones de pesos. Si tan sólo hiciéramos una proyección a 20 años, el robo al erario alcanzaría el billón con 200 millones de pesos, lo que representa un robo descomunal. Sacando cálculos de lo que se perdió en el sexenio de Peña Nieto, el costo de lo robado es 360 mil millones de pesos, cantidad con la cual se hubiera garantizado año con año, el abasto suficiente de medicinas en todo el país.

El robo a PEMEX es un ejemplo del grado de corrupción que existe en el gobierno y que AMLO pretende erradicar. No sólo es PEMEX, sino todas las dependencias del gobierno, las que esta corroídas por la deshonestidad y aun donde se han conformado grupos de poder de manera ilícita roban a los mexicanos, enriqueciéndose inescrupulosamente. Estamos en la puerta de una batalla de dimensiones épicas en donde nada está garantizado. Este año podría marcar un antes y un después en la historia de nuestro país, pero habrá de depender de los mexicanos que el 1° de julio de 2018 votaron por las 4° transformación. Ante tanto abuso, no puede haber sólo un “borrón y cuenta nueva”, sino la acción de la justicia con toda su fortaleza ética, para castigar de manera ejemplar a estos pillos y sentar un precedente singular que nos dé certidumbre de que, en el futuro, hechos como los que estamos viviendo difícilmente habrán de repetirse al amparo de la institucionalidad. Ayudemos a AMLO en la cruzada actual contra los bandidos “huachicoleros” que han vivido operando cínicamente por años.

Acabar con el robo a la nación generará miles de millones recuperados que, bien empleados, podrán paliar varios de los males que padecemos en materia de salud y empleo bien remunerado. Pero sobretodo, sentará un precedente ejemplar en la vida nacional, que podría convertirse en un catalizador de la regeneración de la vida social y económica del gobierno en sus tres niveles. El presidente ha dado un paso adelante y no podemos quedarnos atrás. Los millones de mexicanos que votamos por un cambio verdadero tenemos que estar actuantes y dispuestos a acompañar a este gobierno en las tareas trascendentes para la vida del país. No a ciegas, pero sí con determinación. Porque el cambio, sólo será posible con nosotros. ¡Sin el pueblo nada, con el pueblo todo!

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