COLUMNA MIRADA PERSONAL. SILVANO Y EL RETO DE LA INSEGURIDAD PÚBLICA Y EL CRIMEN ORGANIZADO. Por Andrés Resillas

Michoacán no deja de ser noticia nacional a causa de la violencia criminal. Ya sea en plena campaña electoral o en esos embates para capturar a los decenas de objetivos delincuenciales que están vigentes y que se comportan como el monstruo de las mil cabezas; cortas uno  y surgen 10 más.

Si bien cuando Silvano Aureoles asumió la gubernatura, ya estaba descabezado y desarticulado el grupo de Los Caballeros Templarios, esa descomposición generó una fragmentación regional de los distintos jefes de plaza o encargados de controlar las actividades ilícitas.

Lo dijo Servando Gómez “La Tuta” en uno de sus últimos mensajes: “Muchachos, ustedes ya saben ´trabajar´ dedíquense a eso en cada uno de sus regiones. Los Caballeros Templarios ya no existen, fueron una vacilada”.

Aureoles Conejo diseñó una estrategia para combatir en específico a los criminales que se dedican al trasiego de drogas y a la producción de metanfetaminas; la iniciativa ya está en marcha y no culmina, pero que ya comenzó a tener sus primeros resultados.

Ya son más de mil sicarios y civiles armados que han sido detenidos en las regiones consideradas como focos rojos.

También comenzó la captura de verdaderos líderes, cuyos antecedentes están vinculados con la red creada por La Tuta y el Chayo, Doctor o profesor, a lo largo de la primera década del presente siglo.

Pero ahora emergen nuevos liderazgos, con Los Viagra, Simón el Americano, El Migueladas, El Tena, Troyano, el Gallito, entre otros muchos, los cuales están siendo arrinconados en las sierras de Tierra Caliente.

El gobierno aureolista está creando también una estructura policiaca a lo largo de todo el territorio michoacano; que muy pronto tendrá que funcionar al máximo y son los seis Centros Mixtos Policiacos, que albergarán a cientos de nuevos agentes policiacos.

Pero el ciclo no está cerrado. Mientras Juan Bernardo Corona y su dependencia luchan cuerpo a cuerpo con los narcos, el sistema de justicia penal federal los está dejando en libertad en poco tiempo. Urgen los cambios en Código Federal para mantener a los sicarios presos por largo tiempo.

Ahí está el cambio sustancial en la estrategia de combate al crimen. Ya no dependemos ni de la Policía Federal, ni del Ejército Mexicano y mucho menos de la Marina. Es cierto, están cooperando, pero ahora la rectoría la lleva el ejecutivo estatal.

Lo desafortunado es que también ahora los muertos son michoacanos; ya son decenas de policías estatales muertos en los enfrentamientos y en emboscadas.

Silvano también desplegó el programa de Comunidades Modelo en el Valle de Apatzingán, logrando desterrar a Los Viagra de lo que era su madriguera y eso les está doliendo mucho, lo que fue reflejado en el último video distribuido por el Gordo, Nicolás Sierra Santana.

Parácuaro, Cenobio Moreno, Úspero son algunas de las comunidades beneficiadas; eran pueblos abandonados, controlados por los criminales y hundidos en la pobreza.

Es lento el proceso, pero estamos convencidos de que seguirán dando buenos resultados; ahora lo importante es que el gobierno camine en sus programas sociales y de seguridad junto con los ciudadanos; se requiere ganar la confianza colectiva.

Silvano y su gobierno tienen que apretar la marcha de su estrategia;  el panorama es complejo y difícil, pero no imposible.

También se requiere poner un freno a la producción de estupefacientes, que están llegando fácilmente a nuestra juventud y le causa un grave daño.

Michoacán debe superar la violencia; sólo con un gobierno y una policía cercanos, lo logrará; lo bueno es que existe un gobierno que tiene esa disposición.

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