“¡OJALÁ Y NUNCA LE MATEN A UN HIJO!”: LE GRITA UN PADRE AL DEFENSOR DE LOS ACUSADOS

POR ANDRÉS RESILLAS//PARTE 11

Ayer nuevamente se dejó sentir el dolor y la impotencia de los padres cuyos hijos fueron ejecutados y calcinados el 29 de julio del 2016 en Álvaro Obregón. Uno de los padres no sólo exigió justicia al Tribunal de Enjuiciamiento, sino que también acusó al presidente municipal Juan Carlos Arreygue Ruiz de ofrecerle dinero a cambio de su silencio.

“¡Quiero justicia por el artero asesinato de mi hijo!”, grito una y otra vez Sergio L. cuando el defensor lo cuestionó sobre por qué en un primer momento no declaró los detalles de los hechos.

“¿Usted que sentiría si le dicen que a su hijo lo ejecutaron y lo quemaron y al mismo tiempo le piden que diga una versión completa, que recuerde todo. Ojalá y nunca le maten a su hijo!”.

Todos en la sala quedaron impactados. El defensor calló por un momento. Esa misma pregunta se la formuló a los otros nueve padres de familia, pero ahora sí resultó contraproducente.

Sergio L. también acusó a la Presidencia Municipal de ofrecer dinero, a través de una mujer llamada Lorena, para que no testificaran en el juicio: “Ni por todo el oro del mundo vendería a mi hijo”, fue la respuesta indignada de los padres.

Las familias de los jóvenes ejecutados han asistido a las más de las 10 audiencias orales que lleva este juicio: han visto cómo el alcalde Juan Carlos Arreygue y cuatro policías municipales permanecen tranquilos en el banquillo de los acusados.

Los rostros de las víctimas indirectas lo dicen todo: dolor, impotencia, amargura, tristeza, hastío.

Han soportado los largos alegatos de la Fiscalía y la Defensa. Sobre todo de ésta última, la cual ha sometido a un examen completo a los peritos y ha cuestionado la versión de las víctimas indirectas de cómo sucedieron los hechos.

Horas y horas de alegatos jurídicos que en muchas de las ocasiones no entienden. Es gente humilde, con un enorme daño moral y sin aceptar la sinrazón del asesinato de sus hijos.

Desde la primera sesión, uno de los familiares le mentó la madre al abogado defensor, cuando interrogaba y presionaba a un padre de familia.

Parece que por algunos momentos tanto a los Defensores, como a la Fiscalía y al Tribunal se les olvida que están en un caso de 10 jóvenes calcinados, pues actúan como si fuera otro juicio más, uno más de tantos.

Sólo los padres de las víctimas saben del dolor que las aqueja. Pero es tanto, que se les nota en el rostro.

Lo grave es que la Fiscalía, los acusados y su defensa están viendo por sus propios intereses y no precisamente son sólo los de las víctimas.

Los jóvenes asesinados están en medio de los intereses de esas partes; es una guerra jurídica y política y eso es grave, pues se aumenta la posibilidad de que este atroz crimen quede impune.

El Poder Judicial también está en medio de esa lucha; desgraciadamente no ven el entorno y las demás implicaciones que tiene el caso.

Alguien tiene que ver por las víctimas; que se les haga justicia. No hacerlo sería una afrenta ominosa para las 10 familias afectadas.

 

 

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